La Prevención del Cáncer
El primer paso para prevenir el cáncer es de analizar el agua que toma para ver si contiene lejía para lavar. Las estadísticas están muy claras. En una serie de centenas hasta miles de casos, en todos los casos los pacientes tenían lejía para lavar en sus tumores y en el agua que tomaban, sin excepciones. Todos los pacientes ya habían recibido el diagnóstico por sus oncólogos: no había ningún error en él. Todos estos enfermos de cáncer nos llevaron muestras del agua que tomaban para que la analizáramos, y todas estas muestras contenían lejía para lavar. Quisimos examinar mas: nuestros fracasos, o sea todos los pacientes que se habían dirigidos a nosotros por ayuda y que mas adelante habían muerto. Antes de venir donde nosotros nos habían enviado muestras de agua y ellos habían regresado a vivir en lugares donde el agua estaba todavía contaminada con lejía para lavar. Lo hicieron inocentemente, porque creyeron que el agua fuese buena. Todos los pacientes que habían regresado donde nosotros porque habían recaído en la enfermedad después de su regreso a casa, volvieron a utilizar agua contaminada. Hay todavía mas: todos los pacientes que hemos ayudado con el follow-up y que en sus casas siguieron en buen salud, habían empezado a utilizar agua desinfectada con cloro NSF*, o agua de lluvia o agua de pozo. La situación está muy clara: ¿que otra explicación hay a no ser que la causa es el agua con lejía para lavar? La probabilidad de desmentir esta hipótesis es inferior a una sobre mil (si suponemos que yo haya efectuado mil pruebas).
*Sigla americana, National Standards Foundation, que indica la pureza de una sustancia, en este caso el cloro utilizado. (nota del traductor)
(De: "The Prevention of all Cancers; pagina 17; Copyright)